Y en esa maraña de máquinas, una joven de mirada rebelde y cabello obsidiano captura la esencia de la antítesis por antonomasia.
Una instantánea que comprende la gris y metálica rutina bajo la mirada de nubes de azúcar que fluyen, sin ataduras, al compás del viento en un lugar mágico al que llamamos cielo.
Fotografia por: https://www.flickr.com/photos/127711895@N05/
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