Músculos y tejidos mordidos por el fuego, evaporados. Sólo resta, ya al descubierto, el verdadero rostro de la justicia, ahora conocida como anarquía. Un cuerpo salido de las fraguas del infierno que es la sociedad: una aleación de dolor y valor, se alza y ruge, es el grito que iniciará la guerra por la libertad. Y a pesar de que nadie oye su grito de rabia aún, llegará el día en que, aquellos que jugaron a ser dioses y demonios, quedarán sordos por aquel grito, y entonces, su silencio será la sonata que despertará a los niños de la maravillosa pesadilla en la que viven.
Y en una noche cualquiera, aparece una joven al borde de la desesperación, y en un callejón cualquiera donde las bestias la atacan, aparece una máscara de hierro e ideales, aparece un héroe. Es en ese momento en el que la lluvia limpia sus lágrimas y deja al desnudo su alma, esa joven cualquiera se convierte en una aprendiz y será el legado de su maestro, un hombre tocado por la oscuridad capaz de iluminar cualquier callejón, cualquier sombra.
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